«No eres nadie si no estás en las redes…», «Hay que tener un perfil digital», «La mayoría de empresas reclutan YA en las RRSS…».

Noticias como estas nos impulsan a estar en las redes casi como único modo de supervivencia. Por otro lado nos están aconsejando todo el tiempo «…esto o lo otro no se hace en las RRSS», «no se te ocurra incluir tal o cual comentario…», y uno se pregunta con cierta lógica: En qué quedamos?.

Por un lado esta maravilla de vehículo del que gozamos hoy en día nos permite expresarnos, comentar, construir, participar, etc., pero siempre que tengamos algo que hacer al respecto. Es un medio más, con ventajas e inconvenientes, y muchas veces la misma característica, como la inmediatez, puede ser buena o mala.

Las RRSS están hipertrofiadas en cuanto a su importancia, por el hecho de que además de estar en la cresta de la ola gracias a la tecnología, han democratizado la comunicación, y han hecho surgir nuevos estilos de vida y personajes que no existían: influencers, políticos, gurús …hasta personas sin rostro que son seguidas y perseguidas por millones de ciudadanos. Digamos que parece que no importa lo que digas, sino cuanta gente te sigue.

Creo que lo importante es quien eres, quien quieres ser y qué tienes que compartir, y para ello las RRSS pueden ser de gran ayuda. Y mucho ojo, pues hay redes más adecuadas según el fin que persigas. A veces parece que no tuviéramos derecho a relajarnos en FB por ejemplo, por si alguna persona quiere ver quien eres de cara a una cuestión profesional y no tuviéramos derecho a ser personas, divertirnos …y relajarnos.